miércoles, 27 de junio de 2018

Día #13: Costa Azul portuguesa I

Herdade Barradas da Serra. Así es como se llama el alojamiento al que llegamos ayer noche. Estamos en plena Sierra de Grandola, que da nombre a esta provincia alentejana. La Herdade está muy bien, con todo lujo de detalle. Gente pija, pero es que en esta zona del Alentejo es lo que se lleva. Y es que estamos en lo que algunas personas denominan, la Costa Azul portuguesa. Un ejemplo vale más que mil palabras: en el parking han habilitado 2 plazas para recarga de vehículo eléctrico. Ahí es nada. 
Tiene varias zonas bien diferenciadas: habitaciones, piscina, casa principal donde dar cuenta de los desayunos...







... las ovejas pastando allí mismo, y que son las que te despiertan por la mañana...


A media mañana, carretera rumbo al litoral. Primera visita, las lagunas de Sao Andrés y de Sancha, que forman un entorno muy bonito tan solo separado del Atlántico por una cordillera dunar. Considerado Reserva Natural acoge una buena cantidad de aves. 




Podríamos haber elegido este lugar para colocar las toallas, pero es que hay tantos donde elegir, qué hemos preferido seguir hacia el norte. Breve parada en la pequeña población de Melides, para un pingao y un pasteis de nata. Pero, ¿ya estamos descansando? Pues sí, lo de no acumular stress nos lo estamos tomando al pie de la letra.



Por carreteras con muchos alcornoques, pinos y dunas que nos separan del océano, nos acercamos al conjunto de playas que forman decenas de kilómetros de arenales solitarios, o casi. Estamos en la zona de Comporta. La llaman la zona eco-hippie-chic de Portugal. Aquí veranean e incluso tienen casa, muchos vips europeos y la élite portuguesa. Será por su anonimato, por el desconocimiento de que este paraíso existe, por lo que han elegido dirigir sus pasos hasta aquí. Y no nos extraña un ápice. Además, campos de arroz con un verde tan bonito...


Nosotros nos hemos acercado primero hasta la Praia do Pego, la más alejada a la aldea de Comporta. Un parking de pago (ja ja), un chiringuito tipo Hamptons, unas pocas sombrillas y un arenal casi solitario abrigado por la vegetación dunar, que hemos disfrutado prácticamente en solitario. 





Bañito, comida y siesta (esto es como un deja vu en este viaje, me parece a mi!)

La temperatura no es lo suficientemente alta (andaremos por los 23 graditos) por lo que a media tarde hemos plegado velas e ido a la piscina de la Herdade, más resguardada y calentita. No recordamos un viaje en el que le hayamos sacado tanto jugo a los alojamientos como este. Ya era hora!

Duchita rápida y, a eso de las 8, de nuevo hacia la costa, a degustar algunas de las especialidades de la zona. En esta ocasión, en el restaurante Sao Joao, hemos dado buena cuenta de unas almejas, unas navajas y un arroz de pulpo. Todo en su punto, con el justito toque de su hierba preferida, ese cilantro que tanto temíamos antes de venir. No hemos dejado nada en el plato, que así es como nos enseñaron de pequeños. Calidad precio excelente. 



Lo sentimos, pero mañana toca volver a estresarse. 

Seguiremos informando. 

5 comentarios:

  1. Hola chicos, supongo que en esa zona el agua es más caliente.. Susana está en el agua!!
    Ese estilo hipy chic os pega un poco así que seguir estresandoos!!
    Besitos

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  2. Resumiendo: gente pija en el mismo alojamiemto en el que (casualidad) esoy estos días, he pagado por aparcar en la playa, me baño en el gélido atlántico y vuelvo a la piscina del pijo alojamiento, de cena una tortillita y ensalada(perdón: almejas, navajas y arroz pulpo). Total, vida la vida y que la vida me de vida.

    Y nosotros aquí......

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    1. Pagar por aparcar? Quién ha dicho que finalmente pagáramos por aparcar? Siempre hay alternativas... ja ja ja

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  3. Ya tenía yo ganas de que llegarais a la parte del viaje eco-hippie-chic. Por curiosidad!
    Y no me acordaba del cilantro 🙊 Menos mal k por lo que parece no ha sido un inconveniente en el viaje

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