Día #0: Bilbao - Portalegre

Levantarse casi a la misma hora que los días que vamos a trabajar pero para salir de vacaciones con las maletas... no tiene precio.

Salir de la cornisa cantábrica y empezar a ver el sol durante más de 20 minutos seguidos... no tiene precio.

Ver cómo el termómetro se animaba a subir y subir hasta los 31° en algunos momentos... no tiene precio.

Llegar a destino tras un plácido viaje y poder descansar y tomar el sol en plena naturaleza de la Sierra de San Mamede... no tiene precio.

...así más o menos rezaba un conocido anuncio, dejando entrever que hay muchas cosas en la vida que por simples o sencillas que parezcan no se pueden comprar con dinero. Y estas son un ejemplo de ellas.

Hoy hemos comenzado la andadura por tierras portuguesas. Por tierras del Alentejo. Entrando desde España por Cáceres, se atraviesa el parque natural de la Sierra de San Mamede, la zona más elevada y montañosa de esta región.

Alojados a las afueras de la capital del Alentejo Norte, en un entorno natural lleno de herdades y fincas, a cuál más bonita, hemos podido descansar tras el viaje.

 Portalegre, la capital de esta zona, nos invitaba a pasear por sus callejuelas, con ese aire a viejo, a cierto abandono, soledad... tan típico de los pueblos lusos. Como sus  azulejos, la ropa tendida, etc.

 

Aquí, en la Plaza de Rossio, un platanero enorme, dicen que el más grande de la península, apuntalado en casi todas sus ramas para poder soportar el peso.

La gente se juntaba en las terrazas e incluso algunos al lado de las barbacoas humeantes repletas de sardina. Creemos que estaban honrando a San Antonio.

Muchos edificios barrocos, algunos restaurados y otros más bien abandonados...

Sin embargo, hoy no era el día para visitar en condiciones este pueblo, sino tan solo para callejear y disfrutar de una cervecita portuguesa en manga corta y con gafas de sol! Ya habrá tiempo para volver.

Seguiremos informando.