martes, 26 de junio de 2018

Día #12: Porto Covo - Praias de Sines - Sines - Grandola

Otra vez toca empaquetar para continuar camino. Es lo que tienen estos roadtrips, que cada dos por tres estás en la carretera buscando nuevos objetivos. Pero, aunque pueda parecer cansino, estamos acostumbrados y es lo que nos gusta. Hoy decimos adiós a la Herdade da Estacada donde tan a gusto hemos estado los últimos días. Adiós a David y Maria, los pavos reales y el simpático Max!


Dirección norte, no tardamos mucho en realizar la primera parada. El viaje, en este sentido está siendo muy cómodo, ya que las distancias que tenemos planificadas a priori, son muy llevaderas, con trayectos relativamente cortos.
Nos adentramos en una zona también repleta de pequeñas playas con acantilados, algunas más accesibles que otras; en cualquier caso, todas ellas dibujan una estampa preciosa. Pero antes del momento playa, una paradita en el simpático  pintoresco pueblecito de Porto Covo. Nos hemos dado un paseo hasta el puerto pesquero, el faro, las playas del propio pueblo.











Y, cómo no, otro pingado y una Mini. Somos ya unos expertos pidiendo estas consumiciones. Hasta tal punto que a los propios camareros les hace gracia que les pidamos los cafés usando su lengua (um café pingado, dos galaos...) y no digamos las cervezas (un Mini, dos Medias)

Entre todos los arenales, íbamos buscando un par de ellos que teníamos anotados. Pues bien, nuestra primera parada (y que finalmente ha sido nuestra única parada playera de hoy) ha sido esta joyita de cala que hemos disfrutado para nosotros solitos!!! ¿Acaso no es esto todo un lujazo? Así lo pensamos nosotros. No necesitamos ni ruido, ni loro (como él de ayer), ni chiringuito... tan solo un entorno como este donde contemplar el mar sin hacer nada. Creemos que el lugar en si se llama Cerro de Águila, aunque rápidamente la hemos re-bautizada como ‘cala Bicho’.






Por cierto, el agua por estas latitudes está entre fría, muy fría y tirando a congelada. Pero la ocasión invitaba a darse un chapuzón sin miedo a las hipotermias.

Con mucho sol en el cuerpo, hemos seguido por la escarpada costa, haciendo varias paradas para ver qué pinta tenían otros arenales. Éste que hemos visto primero, presentaba un entorno también muy chulo.

Hay un montón de playas, aunque a medida que te acercas a Sines, el paisaje es muy feo. Una central hidroeléctrica de EDP, una refinería de Repsol, todos los muelles del puerto... la verdad es que estar en la playa con esas chimeneas ahí detrás, no mola mucho.


Sines tiene un pequeño casco histórico, donde destaca la figura de Vasco de Gama, el navegante portugués más famoso, y que nació aquí.


Un puerto pesquero, una playa urbana, un castillo.





Por la hora, todo el mundo estaba preparándose para el partido de Portugal, con sus camisetas, banderas... (vaya, vaya, Cristiano, que por fallar el penalti casi dejas a tu selección fuera de la siguiente ronda!)

Y hemos dado por concluido el día llegando a nuestra nueva Herdade. En un entorno rural privilegiado, rodeados de alcornoques, ovejas,... donde pasaremos los 3 próximos días. A priori, parece tener más carácter de hotel que de alojamiento familiar, pero ya lo iremos viendo a partir de mañana.

Seguiremos informando.

6 comentarios:

  1. Estar solos en una playa no tiene precio. Nosotros tenemos una bautizada en Cádiz.

    ResponderEliminar
  2. Hola chicos!
    Si la envidia es mala yo estoy segura de que lo mío tiene que ser de cárcel!! JAJAJA
    Disfrutad mucho, aunque, por lo que se ve, no hace falta que os lo diga.
    Beijos e abraços.

    ResponderEliminar
  3. Veo que estais disfrutando a tope, calorcito, relax, etc... No obstante necesito sin falta las coordenadas GPS de "Cala Bicho". Boa Viagem!

    ResponderEliminar
  4. Hola chicos, como ya sabéis todos vuestros viajes me rechiflan (y cómo los contáis) pero éste por ser diferente y más cercano, me da muuuucha envidia.. sana eso sí.
    Besitos

    ResponderEliminar
  5. Después de varios días de cuasi total desconexión tecnológica, y aprovechando que estoy cuidando un examen (una de las cosas más aburridas de mi mundo laboral), me he pegado un atracón de lectura viajera, que me ha sentado entre bien y muy bien por un lado y entre asquerosamente mal por otro por culpa de la sana envidia.

    El reportero dicharachero de barrio sésamo no deja de sorprenderme con su prosa, que me hace animarle a que publique un libro de viajes....

    Me alegro de lo alegres que se os ve, de la paz y felicidad que transmitís, y de comprobar que en esta ocasión la mochila no es tan pesada como en anteriores relatos.
    A seguir disfrutando, y saludos a raudales y besos virtuales.

    ResponderEliminar
  6. Gracias brother por seguirnos y por tus queridos comentarios.

    ResponderEliminar